COMENTARIO A PARÁGRAFO 11 (segunda parte)
La retención
Verónica Arís
Comentemos ahora el segundo concepto presentado en el
parágrafo 11, que ya había adelantado Husserl en el parágrafo 8. En este
último, Husserl nos había indicado que la unidad de un proceso en su totalidad,
por ejemplo, de una melodía, en tanto que comienza y termina en un momento
dado, reside en que se va esfumando más y más hacia el trasfondo del pasado. Desde
esta consideración, Husserl señala que en el hundirse en el trasfondo sostengo todavía esa unidad. Este sostener
la unidad vivida es lo que toma por nombre “retención”. En otras palabras, la
retención, según el parágrafo 8, consiste en un sostener lo recién vivido, es
decir, lo recién dado en persona. Pero este retener o sostener no es descrito
así sin más. Husserl señala que se observa este sostener la unidad vivida mientras
esta unidad vivida como ahora se va esfumando hacia un horizonte de pasado cada
vez más lejano, y con ello se va reconociendo una cierta distancia con respecto
a su darse original. De manera que aquí tenemos dos aspectos contrapuestos: por
un lado el sostener y, por otro lado, el hundirse o esfumarse mediante el cual
se va observando de modo figurado una cierta distancia respecto del darse
original de la unidad vivida. Estas dos características que Husserl destaca de
la retención, esto es, el sostener y el esfumarse, corresponden al modo con el
cual lo vivido aparece o es dado.
A
continuación vamos a comentar un poco lo que Husserl indica de la retención en
el parágrafo 11. Vamos a ir paso a paso con los pasajes de este parágrafo, pero
a su vez considerando el apéndice 1.
1.
Tránsito
de la impresión originaria a la retención
Husserl comienza el parágrafo 11 haciendo indicación de la
impresión originaria. Dice que el punto-fuente con el cual se produce la
duración es lo que se denomina impresión originaria. Pero esta impresión
originaria no se vive sin más. Ella es un tipo de conciencia, o modo de conciencia,
que está en constante cambio. Y explica:
“(…) el tono-ahora presente
<en persona> cambia continuamente (es decir, conscientemente, en
conciencia) a algo que ha sido; un siempre nuevo tono-ahora continuamente
releva al que ha pasado a la modificación.”
Entonces vemos que Husserl comienza desde lo efectivamente
dado, eso que él llama impresión originaria, a lo que empieza a ser dado de modo
modificado, esto es, la retención. Recordemos que hemos hablado de la impresión
originaria en el comentario anterior. En él hemos indicado tres asuntos
importantes respecto de la impresión originaria. En primer lugar, hemos
señalado que ella como punto fuente no es causada o producida por la
conciencia, sino que aparece o es dada a la conciencia, y en este sentido, ella
es motivación o primer motor para despertar la espontaneidad productiva de la
conciencia mediante las diversas modificaciones de conciencia con las que eso
que es dado comienza a ser vivido y reconocido. Lo segundo que hemos indicado
es que ella es sensación primaria. En un primer momento Husserl la definía como
mero contenido neutro para la conciencia, pero después de 1908 la define como
sensación o sensibilidad primaria. Esto corresponde a toda la esfera afectiva.
Y la esfera afectiva, como se puede ver en los trabajos posteriores de Husserl,
correspondiente a los años 1917-1920, es el escenario completo en el que tanto
la hyle como los actos juegan su rol. Es decir, también entran en el terreno de
mi sensibilidad primaria los actos. Esto es crucial para entender la motivación
pasiva de los actos, ya que sólo la atracción pasiva se concreta mediante la
afección. Lo indico para que miremos lo importante que es este cambio
conceptual, y las positivas consecuencias que tiene. Esto lo podrán ver, si
quieren, en la tercera sección de Ideas
II, y en los apéndices del mismo libro. Y el tercer aspecto que destacamos
en el comentario anterior es que el carácter absoluto de la descripción en este
caso de la impresión originaria, pero también hay que pensar la retención y la
protensión en este contexto. El carácter absoluto de la impresión originaria
tiene relación, por decirlo así, con que el modo con el cual se dona en tanto
punto fuente y su constante modificación o renovación. Habíamos dicho en
sentido figurado que su continuo cambio es “permanente.” Aquí el entrecomillado
es clave. Como dato absoluto no es pertinente definirlo con el lenguaje de lo
duradero. Lo absoluto no dura. Es. Ahora bien, como lo absoluto en Husserl no
toma el carácter metafísico sino descriptivo, el juego de palabras no es tan
grave. El punto aquí es no olvidar que: la unidad de una sucesión es vivida
gracias a funciones necesarias. Una de estas formas corresponde a la impresión
originaria.
De esta manera, que Husserl
comience con lo efectivamente dado y luego pase a su modificación, es un gesto
muy relevante. En él se muestra cómo se estructura la descripción
fenomenológica. Ella no es una descripción plana que observa como narrador omnisciente
la totalidad de la conciencia, como sobrevolándola, teniendo todo los elementos
y funciones a su disposición con el mismo novel de claridad. Por el contrario,
sería más justo decir que la descripción fenomenológica es dimensional o
multi-dimensional. En primer lugar porque es una descripción en primera
persona, que busca un auto-esclarecimiento intencional. Y segundo, porque comienza
con lo que es efectivamente dado de modo claro y distinto, y luego continúa con
lo que corresponde a las modificaciones esenciales que han de ser dadas pero de
un modo menos intenso, menos brillante. En este sentido, la impresión
originaria aparece en forma y contenido en su máxima intensidad como aquí y ahora,
como lo dado ello mismo, en carne y hueso. Mientras que en la retención la donación
va a ser diferente.
2.
Actualidad
de la retención como modificación intencional
En primer lugar, cuando hablamos de modificación de
conciencia nos referimos al cambio correspondiente a la impresión originaria, a
saber, ese continuo desvanecerse, hundirse, esfumarse. De manera que, es en
este hundirse que se encuentra un cierto sostener o contener lo que está
continuamente desvaneciéndose. Por lo tanto, la continua modificación de la
impresión originaria en este esfumarse o desvanecerse, pero que en alguna
medida es sostenida, es una modificación no-auto-suficiente, o en simple,
dependiente del continuo de la impresión originaria. Por lo tanto, el modo de
conciencia que todavía mantiene algo de lo recién sido o vivido, comienza a
mostrarse en su formalidad, en tanto dato absoluto, como retención.
El carácter
de absoluto de la retención lo ofrece principalmente su “permanente actualidad.”
Como hemos dicho, este permanente está entre comillas porque lo menciono en
sentido figurado. Toda impresión originaria se desvanece y se renueva
constantemente. Y toda impresión originaria cuando se desvanece lo hace como
hundiéndose en el pasado, generando una especie de distancia con su originaria
donación. Pero ahí, en este hundirse hay algo que se mantiene, que se conserva.
La función de consciencia que mantiene ese “algo” está en juego necesariamente.
Entonces si miramos ese mantenerse desde su necesidad, vamos a ver su carácter absoluto.
Ahora bien, esta función de sostener o mantener lo que se está desvaneciendo es
absoluto pero no independiente. Hemos dicho que se origina como modificación
intencional de la impresión originaria que es definida como punto fuente.
Por tanto, si la impresión
originaria está necesariamente desvaneciéndose cada vez, la función de
sostenerla está en ejecución cada vez. Y en este sentido la retención como dato
absoluto demuestra su actualidad. Dice Husserl en el parágrafo 11:
“Pero cuando la conciencia del
tono-ahora, la impresión originaria, pasa a ser retención, esta retención es
ella misma ahora de uno en uno, algo actualmente existente.”
Luego Husserl
esclarece lo que hemos ido mencionando:
“Mientras ella misma está
actualmente presente (pero no un tono actualmente presente), ella es retención
del tono que ha sido.”
Y aquí
Husserl entonces demuestra lo que hemos mencionado del carácter multi-dimensional
de la descripción fenomenológica. Si fuera una descripción plana, nuestra
consideración respecto de la retención sestaría centrada en ser simplemente una
modificación de la impresión originaria sin más. Pero los atributos mencionados
hasta aquí respecto de ambas, impresión y retención, encuentran su sentido con
los modos con los cuales podemos explorarlos. De allí que Husserl explique:
“Un rayo de mención intencional/significación
puede estar dirigido hacia el ahora: la retención; pero este puede también
estar dirigido hacia a lo que retencionalmente es intencionado: hacia el tono
pasado.”
Esto tiene
relación con la mirada fenomenológica que no está exenta de los modos
temporales. Si considero la impresión originaria, veré su constante modificarse
en retención. Si considero la retención en cuanto tal, veré que ella misma se
modifica como continuo, reteniendo retenciones anteriores. Entonces aquí se
señalan varias cosas: uno, que la retención se muestra como una función actual
de consciencia, por más que sea una modificación de lo recién sido. Por otra
parte, se señala que podemos ver la impresión como un continuo en constante
renovación, pero también la retención puede ser vista como un continuo. Y la
tercera cosa, que es indicada en el apéndice 1, que sea el continuo que fuese,
es ley universal que un continuo presente sus propias impresiones y
modificaciones, lo cual, en vez de complejizar la descripción de fases, que
bien puede ser mirado así, aquí podemos ver que los modos temporales están aún
más atrás de toda constitución del objeto duradero o duración.
3.
Retención
en tanto continuo
Entonces entramos en el terreno de considerar la
modificación intencional de la impresión que toma por nombre retención como
fase o continuo. Retomemos el parágrafo 11:
“Concordantemente, aparece un continuo fijo de
retención de tal manera que cada punto posterior es retención de cada punto
anterior.”
Y podemos entender entonces
porqué Husserl señala valientemente lo siguiente:
“Y cada retención es ya un
continuo.”
Desde este
lugar, Husserl recapitula realizando una explicación. Con lo dicho hasta aquí,
el sentido de esta explicación se hace más transparente. Revisemos:
Explicación mediante
descripción:
“(i) El tono comienza y continua
de manera constante.”
“(ii) El tono-ahora cambia a
tono-habiendo/que-ha-sido; la conciencia impresional, constantemente fluyendo,
pasa a ser siempre nueva conciencia de retención.”
“(iii) Yendo a través del flujo o
junto con él, nosotros tenemos una continua serie de retenciones
correspondientes al punto de inicio.”
Punto clave de la relación
entre el continuo de la fase retencional y la impresional:
“Más allá de esto, sin embargo,
cada punto anterior de esta serie es esbozada en su modificación en cuanto un
ahora en el sentido de retención.”
Consecuencia explicativa de lo
anterior:
“Así una continuidad de modificaciones
retencionales se adjunta a cada una de estas retenciones, y cada continuidad
ella misma es de nuevo un actual punto presente que es retencionalmente
esbozado.”
Punto clave para el debate en
torno al fundamento del análisis de la temporalidad inmanente:
“Esto no nos lleva a un simple
regreso al infinito, porque cada retención es en ella misma un continuo de
modificación que lleva consigo, por así
decir, la herencia del pasado en forma de una serie de esbozos.”
Lo que se observa desde la mirada
longitudinal u horizontal:
“(…) cada retención posterior no
es sólo una modificación continua que ha comenzado desde la impresión
originaria; cada una es también modificación continua de todas las anteriores
modificaciones continuas del mismo punto de inicio.
4.
Límite
de la extensión de las fases temporales en vistas al tiempo objetivo
Con lo dicho anteriormente, se entiende de suyo el párrafo
dos. Me explico.
Primero, si analizamos el
continuo constituido de la sucesión del objeto que dura, tenemos entonces la
impresión originaria y con ella su continua renovación, la cual va mostrando un
constante hundirse en el trasfondo, que aún sí, persiste de alguna manera,
aunque perdiendo la intensidad con la que fue dado de modo originario.
Entonces, en este nivel, tenemos: el continuo del objeto que dura y el continuo
de la impresión, que además va mostrando el continuo de la retención o de su
necesaria modificación.
Segundo, si analizamos la
modificación retencional en cuanto tal vemos que, no sólo es un continuo
dependiente del continuo de la impresión originaria, sino que a su vez muestra
continuos retencionales de sí mismo. Es cierto que desde aquí podemos observar
una infinitesimal consideración de continuos, pero lo relevante es ver que
desde la mirada fenomenológica toda forma es vista de modo actual en sus
necesarias posibilidades de darse, por tanto, el gesto husserliano en este contexto
es ver que el hecho de que se me presente algo, cualquiera sea ello, como dado
ello mismo, nos lleva a que se nos presente al modo de la impresión, y con ella
a su modo de modificarse. De ahí que al mirar la retención en sí misma ella
muestre a su vez sus propias modificaciones retencionales.
Tercero. Entonces lo que viene en
este segundo párrafo ya está pre delineado. Aquí Husserl se refiere a los tipos
de actos de aprehensión, es decir, delos actos que se dirigen a objetos y los
viven como una identidad única. Por decirlo así, en el primer punto tenemos la
observación del continuo constituido (la melodía, por ejemplo) con el continuo
de la impresión (el tono que suena ahora, y ahora, y ahora…), y lo que se
plantea aquí es el cómo esta melodía es aprehendida, a saber, si la percibo, si
la recuerdo, si la imagino, etc. ¿Cómo podemos reconciliar el continuo
constituido, con los continuos de impresión y retención, y además con las
cualidades intrínsecas de los tipos de actos de aprehensión? ¿Hay o no una
diferencia temporal entre la percepción, el recuerdo, la imaginación, etc.?
¿Cuál? Veamos lo que dice Husserl:
“Hasta ahora hemos hecho objeto
de consideración preferente a la percepción, o sea, a la constitución
originaria de objetos temporales, tratando de comprender analíticamente la
conciencia de tiempo que se da en ellos. Pero la conciencia de temporalidad no
tiene lugar meramente de esta forma.”
Entonces,
como primer paso Husserl comienza a explicar qué es lo que sucede cuando
dejamos de percibir la melodía.
“En cambio, si deja de haber
percepción, si dejamos de ver movimiento, o bien –en caso de tratarse de una
melodía- si la melodía ha sonado ya y el silencio ha vuelto, entonces a la
última fase de percepción no se adhiere ninguna fase de percepción, sino una
mera fase de recuerdo fresco, a ésta a su vez otra, y así sucesivamente.”
Con este
pasaje Husserl nos está mostrando la transición que hay entre la percepción en
la que la impresión originaria nos da el objeto duradero, y, luego de que este
objeto duradero ya no es más, cómo la retención irá suministrando lo retenido,
lo mantenido, que poco a poco también va sufriendo su propio desvanecimiento.
Así se indica en este pasaje:
“De este modo tiene lugar un
ininterrumpido retroceso en el pasado; la misma complexión continua experimenta
ininterrumpidamente una modificación hasta llegar a desaparecer; pues de la
mano de la modificación corre un debilitamiento progresivo que acaba finalmente
en la inadvertencia.”
Finalmente,
Husserl observa el misterio de la limitación temporal la cual corresponde a esa
modificación que establece el punto de inflexión entre lo dado originariamente
y lo que ya no es dado como ello mismo, entre lo presente y lo ausente, entre
lo ahora y lo sido.
“El campo originario de tiempo es
patentemente limitado, igual que ocurre en la percepción. A grandes trazos sí
cabría incluso aventurar la afirmación de que el campo de tiempo tiene siempre
la misma extensión.”
¡Hasta la próxima!
Con cariño,
Verónica Arís
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