LECTURAS SOBRE EL TIEMPO 1905

M. Verónica Arís Zlatar
 
PRIMERA PARTE / ERSTE TEIL / FIRST PART
 
LAS LECCIONES SOBRE LA CONCIENCIA INTERNA DEL TIEMPO DEL AÑO 1905
(Traducido por Agustín Serrano de Haro)
 
DIE VORLESUNGEN ÜBER DAS INNERE ZEITBEWUSSTSEIN US DEM JAHRE 1905
 
THE LECTURES ON THE CONSCIOUSNESS OF INTERNAL TIME FROM THE YEAR 1905
(Translated by John Barnett Brough)
 
 
 
INTRODUCCIÓN / EINLEITUNG / INTRODUCTION
 
P1
Presentación del análisis:
“El análisis de la conciencia del tiempo es una cruz ancestral de la psicología descriptiva y de la teoría del conocimiento.” / “Die Analyse des Zeitbewusstsein iste in uraltes Kreuz der deskriptiven Psychologie und der Erkenntnistheorie.” / “The analysis of time-consciousness is an ancient burden for descriptive psychology and epistemology.”
 
Comentario:
Quizás lo crucial para nuestra lectura de estas lecciones sobre el tiempo sea el descubrimiento de la pregunta por el cómo del aparecer, esto es, cómo aparece la fenomenología misma para sí misma, cómo se levanta desde el propio encuentro de la reducción fenomenología, y cómo pueda ella misma auto-gestarse en una especial experiencia radical, esta es, del descubrimiento de la esfera de la evidencia trascendental. Si bien, una lectura de este tipo pueda ser juzgada como perteneciente a los estudios posteriores de Husserl, es importante considerar que es la radicalidad del comienzo filosófico lo que motiva a Husserl desde sus inicios. En este sentido, aquí el punto de partida del estudio sobre el tiempo se haya motivado en principio por el problema de la Teoría del Conocimiento, debido a su escepticismo subyacente, y junto a ello, por la búsqueda del cumplimiento de una psicología descriptiva que, para que pueda ser eminentemente descriptiva y no meramente dogmática, debe ser ella misma fenomenológica.
 
Por tanto, el modo como leamos ya esta primera frase del libro puede iluminarnos el sentido histórico que tienen los primeros pasos de la reducción fenomenológica, y subsecuentemente, puede servirnos de antesala para comprender cómo es que hoy nosotros podemos volver a mirar el trabajo de fenomenológico, y con esto plantearnos en qué sentido la pregunta por el cómo del aparecer de la conciencia ofrece modos de comprender (y de vivir) la conciencia desde nuestra perspectiva contemporánea. Así habremos de preguntarnos sin temor: ¿De qué manera la fenomenología tiene sentido hoy? ¿En qué situación filosófica-gnoseológica se ubica mi interés de penetrar en los asuntos fenomenológicos? Es fundamental para comprender la fenomenología que podamos reconocer nuestra propia situación comprensiva. Podemos pasarnos la vida leyendo a Husserl, y a la fenomenología en general, sin haber penetrado nunca en la originariedad de sus descubrimientos. Por tanto, uno de los primeros pasos que debemos considerar es el auto-reconocimiento de nuestra propia situación de inicio, para que desde allí podamos hacer las reducciones que sean pertinentes. Para que la fenomenología no sea una mera teoría, sino fenomenología en sí misma, debe ser investigada directamente, debe ser advertida como un modo vivo, presente, y gerundivo de análisis. Sin todavía imponernos ninguna expectativa de lo que hayamos de ganar con un ejercicio tal, hemos de abrirnos a la aventura de encontrar por nosotros mismos aquello indicado por Husserl, y si acaso encontramos tales estructuras o bien encontramos más, o menos. Nuestro norte no ha de ser lo por venir, sino la presente seriedad en los asuntos.
 
 
P2
Las cuestiones que entran en consideración:
“Naturalmente que todos sabemos qué sea el tiempo; es lo más consabido de todo. Pero tan pronto como intentamos dar cuenta de la conciencia del tiempo, poner el tiempo objetivo y la conciencia subjetiva del tiempo en la relación correcta y hacernos comprensible cómo la objetividad temporal, es decir, la objetividad individual en general puede constituirse en la conciencia subjetiva del tiempo, incluso cuando lo que intentamos es sólo someter a análisis la conciencia puramente subjetiva del tiempo, o sea, el contenido fenomenológico de las vivencias de tiempo, nos enredamos en las más extrañas dificultades, contradicciones, confusiones.” / “Natürlich, was Zeit ist, wissen wir alle; sie ist das Allerbekannteste. Sobld wir aber den Versuch machen, uns über das Zeitbewusstsein Rechenschaft zu geben, objektive Zeit und subjektives Zeitbewusstsein in das rechte Verhältnis zu setzen und uns zum Verständnis zu bringen, wie sich zeitliche Objektivität, also individuelle Objectivität überhaupt, im subjektiven Zeitbewusstsein konstiruieren kann, ja sowie wir auch nur den Versuch machen, das rein subjektive Zeitbewusstsein, den phänomenologischen Gehalt der Zeiterlebnisse einer Analyse zu unterziehen, verwickeln wir uns in die sonderbarsten Schwierigkeiten, Widersprüche, Verworrenheiten.” / “Naturally, we all know what time is; it is the most familiar thing of all. But as soon as we attempt to give an account of time-consciousness, to put objective time and subjective time consciousness into the proper relationship and to reach an understanding of how temporal objectivity –and therefore any individual objectivity whatever- can become constituted in the subjective consciousness of time, we get entangled in the most peculiar difficulties, contradictions, and confusions. Indeed, this happens even when we only attempt to submit the purely subjective time-consciousness, the phenomenological content belonging to the experiences of time, to an analysis.”
 
Comentario:
Sea cual fuere nuestra situación inicial para el estudio fenomenológico en general, el desafío ahora es penetrar en el asunto del tiempo. ¿Qué es el tiempo? Desde mi lugar puedo entonces comenzar a escarbar mis modos de comprenderlo. Tal como San Agustín, puedo yo considerar que el tiempo es lo más cercano, y sin embargo, como agua entre los dedos, se me escapa de cualquier intento por atajarlo en conceptos. Gran misterio es pues la irremediable situación de nuestro ser temporal, que se sustrae de todo modo conceptual.
 
Ahora bien, con esto varias cuestiones puede que nos salten a la vista. Por un lado, el misterio mismo de ser conciencia como una conciencia sucesiva, discursiva, que va de tumbo en tumbo, de salto en salto, de modos interpretantes en modos interpretantes. Este suceder de mi vida de conciencia soy yo, y sin embargo cuando trato de volver la mirada a él, se escapa incluso de mí. ¿De qué se trata todo este juego temporal y comprensivo? ¿Por qué lo que parece más propio no puede ser apropiado conceptualmente? Y siguiendo estas preguntas ¿De qué se trata esto de preguntar por el tiempo?
 
A partir de ahí, hemos de preguntarnos perspicazmente ¿Qué es el tiempo mismo como vida subjetiva o del sujeto, y qué es mi capacidad de comprender que siempre pierde de vista la frescura del tiempo en su estática mirada objetivante? Y aquí va un punto clave: ¿De qué modo la fenomenología “puede” (aunque por ahora lo ponemos en duda), o podría resolver la irreconciliable situación entre fluir y reconocer-nombrando? Aquí como pista indico solamente una cuestión: la evidencia y el principio de todos los principios.
 
Pero luego tenemos aún más cuestiones que saltan a la vista. Si bien reconozco mi fluir de modo natural, también reconozco la unidad de mi yo personal y la unidad del sentido de las cosas y el mundo, aunque sean todos estos reconocimientos parcialmente claros y muchas veces errados respecto de su validez objetiva. Y tengo además la experiencia de un tiempo objetivo y social que me obliga todo el tiempo a estar puntual en un sistema en que las posibilidades establecen sus órdenes. Por tanto, uno cumple con plazos, da inicio y fin a eventos, relaciones, ubicuidades. También el tiempo se ordena para la ciencia, y se establecen inferencias astronómicas cuyo tiempo es un pasado a años luz, lo cual es una situación científica muy especial. La astronomía que parece siempre a la vanguardia, progresa cada vez más en estudiar el pasado del multiverso. Es en este sentido un matemático estudio de la historia del multiverso. En este sentido, el tiempo objetivo tiene hoy por hoy muchos niveles de comprensión que hacen cada vez más compleja y maravillosa la perplejidad de lo temporal y sus conocidas fases en tanto: pasado, presente y futuro.
 
Por lo tanto, si tenemos en cuenta la posición de Husserl respecto de la Teoría del Conocimiento, y de la Psicología Descriptiva, podremos ir de a poco adivinando en qué sentido el estudio de la temporalidad constitutiva de nuestro ser conciencia puede incluir todos estos sentidos de “tiempo”.
 
M. Verónica Arís Zlatar
 
 


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