COMENTARIO A PARÁGRAFO 1 (segunda parte)


De lo que se ocupa la Fenomenología

 
Verónica Arís
 
 
Entonces, ¿cuál sería el interés fenomenológico? Como hemos visto, la fenomenología no está interesada en ningún tipo de acercamiento metafísico. Pero tampoco está interesada en la posición epistemológica de la filosofía trascendental moderna, esto es, siguiendo el estilo filosófico kantiano. ¿Por qué? Porque la filosofía trascendental kantiana padece de una inestabilidad respecto del conocimiento, la cual finalmente deja entrever que se funda en una certeza metafísica, a saber: en los supuestos formales y teleológicos. En otras palabras, la fenomenología no piensa acerca de las subjetivas condiciones de posibilidad de una intuición del tiempo y la apropiada cognición de él[1] sobre el suelo de previos supuestos sobre el flujo del tiempo objetivo asumidos previamente de modo tácito. El radical des-interés respecto de cualquier acercamiento metafísico por parte de la fenomenología también incluye este tipo de asuntos.
En cambio, el interés de la fenomenología se encuentra orientado a describir el tiempo que aparece, la duración que aparece, en tanto aparecer[2] para la conciencia. Este aparecer – y no un dato sensorial considerado como dato real y existente- es el dato absoluto del cual sería absurdo dudar.[3] De manera que, en fenomenología se asume la existencia del tiempo, pero esta existencia del tiempo que es asumida es tan sólo este tiempo que aparece, y que es llamado en este sentido como tiempo inmanente del flujo de la conciencia.[4]
Desde este punto de partida la fenomenología va a atender a la más simple vivencia de la escucha de una melodía. Husserl explica que la conciencia de un tono exhibe una sucesión, y que de esto nosotros tenemos tal evidencia, de la que es un sinsentido dudar.[5] De acuerdo a esto Husserl especifica:
“we will have to take into consideration only what is given phenomenologically, therefore the apprehension of time (the apprehension that constitutes objective time) and what is actually given in time –that is, not objective time but what is adequately given in the intuition of time or can be reduced from it.”[6]
 
Sólo a causa de esto, nosotros, desde un punto de vista fenomenológico, podemos ver:
“(…) phenomena of judging-in-such-and-such a way, of appearing-as-this-or-that, and then state as something phenomenologically given and therefore evident that such and such relationships in objective time are intended, are situated in the intention belonging to whatever temporal meanings are in question.”[7]
 
 
a)         Dato fenomenológico
 
De lo anterior podemos preguntarnos: ¿qué tipo de dato es entonces el dato fenomenológico? Observemos cómo es que podemos esclarecer esta respuesta. Si nosotros debemos considerar el aparecer como dato absoluto del cual dudar es un sinsentido, el dato fenomenológico será la experiencia en la cual lo temporal aparece en sentido objetivo[8], lo que equivale a decir, la experiencia en la cual aparecen las aprehensiones temporales.[9]
La vivencia es constituida mediante múltiples aprehensiones temporales. Estas aprehensiones temporales, mediante un cierto método -que ya veremos con detalle-, pueden ser dadas fenomenológicamente.[10] Captarlas de esta manera no significa que ellos nos sean dados para su captación en sentido empírico, que nos remontaría otra vez al asunto del acercamiento de interés metafísico. Husserl dice explícitamente que la genuina inmanencia que ha de ser captada no puede serlo en el orden de lo empírico.[11] Hemos de recordar que desde el comienzo de las Lecturas de 1905 Husserl subraya que el dato temporal no es él mismo temporal, lo cual significa que estos datos temporales que deben ser captados por la fenomenología no pueden tener ninguna cualidad correspondiente a las objetividades empíricas.[12]
Sin embargo, en virtud de que sean captados, el dato fenomenológico necesita ser “sentido” o “intuido” de alguna manera. Esto significa que de alguna manera el dato fenomenológico ha de ser dado. ¿Cómo? Aperceptivamente. Nosotros tenemos que apercibir la aprehension temporal que hace posible que nosotros seamos conscientes de algo objetivo como dado en persona.[13] En otras palabras, algo temporal, como por ejemplo: un evento, un cambio, un proceso, el cual es percibido, puede ser fenomenológicamente dado en cuanto:
“(…) phenomenological datum through whose empirical apperception the relation to objective time becomes constituted.”[14]
 
 
b)         La tarea de la fenomenología
 
De acuerdo con el tipo de dato que será considerado por la fenomenología, nosotros podemos provisoriamente establecer la cualidad de la tarea fenomenológica que Husserl define en el Texto Suplementario número 19, el cual fue escrito en 1904.
            En este texto, Husserl indica tres principales asuntos para la fenomenología. No obstante, aquí yo voy a poner el énfasis en el tercero, en la medida en que es él el que corresponde a la tarea de diferenciar las fases temporales. Se ha de considerar además que la relevancia de la diferenciación de las fases temporales son en su ejercicio el comienzo mismo de la fenomenología en cuanto tal.
            Entonces tenemos:
1)      El primer asunto se centra en describir el sentido con que la conciencia del tiempo es dada de manera ingenua y científica.[15] Esto significa que en este campo la fenomenología analiza el significado de la representación del tiempo que ya está en juego en la constitución de nuestra vivencia natural. Este significado es entendido por la fenomenología como un contenido de la vivencia, lo que equivale a decir, en nuestras palabras, un tipo de institución de significado-sentido que de alguna manera está motivando nuestra vivencia en la actitud natural.
2)      El segundo asunto se centra en describir el contenido real dado, mediante el cual se pueden establecer las distinciones entre contenido sentido y contenido-aprehensión.[16]
3)      Y finalmente, el tercer asunto se centra en exhibir los casos particulares en los cuales la intuición adecuada del tiempo es quizás dada. En este campo, Husserl está principalmente interesado en lo que es dado. Esta donación será la tarea principal para la fenomenología en cuanto ella se dedica a los datos en su sentido absoluto, y esto es lo que lleva a que la fenomenología tenga, desde un punto de vista epistemológico, una posición bastante sólida. De manera que la restricción de sus descripciones y avances exclusivamente al campo evidente de donación establece un campo epistemológico muy sólido. Por otra parte, este campo absoluto también refiere a que no participa de la temporalidad, sino a una quasi-temporalidad. En este sentido podemos leer el siguiente pasaje de 1904:
“(…) the quasi-temporal is interpreted immanently, that is, taken simply and just as it is, and makes up the proper material that, as content of apprehension, underlies the interpretation that constitutes objective time. How the material arose does not concern us.”[17]




¡Hasta la próxima!
 
Con cariño,
 

Verónica Arís


[1]  §1. English translation, p. 5; Hua X, p. 5.
[2] Loc. cit.
[3] Loc. cit.
[4] Loc. cit.
[5] Loc. cit.
[6] N°19. English translation, p. 194; Hua X, p. 188.
[7]  N°19. English translation, p. 193; Hua X, p. 187.
[8]  §1. English translation, p. 6; Hua X, p. 6.
[9]  Loc. cit.
[10]  Loc. cit.
[11]  Loc. cit.
[12] §1. English translation, p. 7; Hua X, p. 7.
[13] Loc. cit.
[14] Loc. cit.
[15] N°19. English translation p. 194; Hua X, p. 188
[16] Loc. cit.
[17] Loc. cit.

Comments

Popular Posts